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Al menos 86 de los 119 asesinatos de periodistas registrados en México desde 2000 fueron perpetrados con una o más armas de fuego. Muy escasas investigaciones sobre estos crímenes llevaron a una detención, y todavía menos desembocaron en una condena.

Por Phineas Rueckert

Durante 10 meses, Forbidden Stories investigó sobre la venta de armas en México, y analizó miles de documentos desclasificados. Además del tráfico ilegal de armas a través de la frontera con Estados Unidos, la investigación de Forbidden Stories, asociada a la publicación del informe Deadly Trade junto con varias organizaciones, muestra cómo armas fabricadas en el extranjero y vendidas legalmente al Ejército mexicano presuntamente terminaron en asesinatos de civiles. Este reportaje es el quinto capítulo del Proyecto Cártel, el cual continúa el trabajo de periodistas asesinados y amenazados en México.

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Eran casi las 6 de la mañana del 9 de noviembre de 2020; Luis Vallejo recibió una llamada de un agente de la policía municipal. El uniformado le informó que acababan de encontrar “restos humanos” en el barrio Villa Salamanca 400 en Salamanca, una ciudad ubicada a 300 kilómetros al norte de la Ciudad de México.

Luis Vallejo es periodista para el medio local PuntoCero Noticias, donde cubre asuntos criminales. Ya estaba acostumbrado a recibir este tipo llamadas, pues los niveles de inseguridad y de violencia que azotan Guanajuato, un estado en el Centro de México, son más graves que nunca.

Para limitar los riesgos, los periodistas de esta región tratan de no llegar solos en las escenas de crimen. Luis Vallejo llamó a su amigo y colega Israel Vázquez, quien trabaja para el portal de noticias El Salmantino. Quería ir al lugar para verificar la información de su fuente policiaca, pero su amigo no contestó el teléfono.

Pasaron diez minutos sin respuesta, hasta que Luis Vallejo se trepó a su camioneta y manejó, solo, a Villa Salamanca 400. En el camino, observó una ambulancia que venía en sentido contrario. Cuando llegó, los vecinos ya rodeaban la escena del crimen. “Acaban de dispararle a Israel”, le dijeron.

“Se me bajó todo”, recuerda el periodista. Él e Israel eran amigos de muchos años. Vázquez era conocido por su trabajo riguroso y su energía contagiosa, que sirvieron como inspiración para que Vallejo se dedicara al periodismo.

Gracias a las narraciones de los testigos y al trabajo de la policía, Luis pudo reconstituir la sucesión de eventos y las últimas horas de su amigo. Israel llegó a la escena del crimen antes que la policía. Estaba a punto de realizar un enlace en vivo en Facebook, cuando al menos dos vehículos pasaron frente a él. Desde el interior, hombres armados le dispararon en al menos ocho ocasiones. Israel cayó al piso, donde los sicarios le dispararon otros tres balazos. La policía encontró casquillos de balas provenientes de dos pistolas: un 9 milímetros y un .45 ACP. Luis Vallejo fotografió una bala de calibre 5.56 NATO, fabricada en Estados Unidos, pero según él, el casquillo corresponde a un tiroteo ocurrido en el área unos días antes.

Cuando Luis Vallejo llegó al lugar del crimen, Israel Vázquez ya iba rumbo al hospital. Murió de sus heridas, escasas horas después. El reportero es el séptimo periodista asesinado este año en México, el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo.

El 15 de noviembre, la fiscalía del estado de Guanajuato anunció la detención de dos hombres por el asesinato de Israel. Según fuentes no oficiales citadas por un medio local, a la par de los arrestos, los policías encontraron y decomisaron un arsenal de armas de grueso calibre. Entre las armas confiscadas figuran un DPMS Sportical AR-15 hecho en Estados Unidos, un rifle de asalto israelí IWI Tavor 21, un rifle alemán Heckler & Koch H-416, y un Huglu XR 7, un arma de caza semiautomático proveniente de Turquía, de acuerdo con un análisis de Forbidden Stories.

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