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Wolf-Dieter Vogel, Pie de Página
14 de diciembre de 2020

Las empresas europeas de armamento son los proveedores más importantes para la policía mexicana. Alemania restringió la exportación de armas ligeras a México, pero el negocio sigue. La Secretaría de la Defensa Nacional no sabe cuál fue el destino final de miles de armas importadas de ese país

Desde hace varios años las empresas alemanas de armamento causaron polémicas y escándalos por sus exportaciones dudosas e incluso ilegales a México. Primero fue Heckler&Koch (H&K), después Sig Sauer y ahora Dynamit Nobel Defence.

H&K vendió fusiles de asalto G36 que finalmente llegaron a las manos de policías en Iguala, quienes los utilizaron en el ataque contra los estudiantes de la Normal Ayotzinapa en 2014. Miles y miles de pistolas de Sig Sauer están circulando en el país y fueron utilizadas en agresiones contra la sociedad civil, por ejemplo en el homicidio de Marisela Escobedo, la activista chihuahuense que buscaba justicia por el asesinato de su hija Rubí Marisol Frayre. El asesino mató a Escobedo con una 9 mm P239, un arma de tecnología alemana.

Investigaciones de este autor muestran que también el productor de lanzacohetes, la empresa Dynamit Nobel Defence (DND), mandó sus mercancías letales bajo circunstancias bastante cuestionables a México.

La transacción confirma lo que organizaciones antimilitaristas internacionales explican en su recién publicado informe “Deadly Trade”: las ventas de armas pequeñas y ligeras desde Europa están violando frecuentemente las directrices sobre la exportación de armamento de la Unión Europea, la Posición Común de la UE.

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Foto: Actividad contra la exportación de armas en Berlin, ante el parlamento federal. Crédito: Aktion Aufschrei