Cuestione, 2 de julio de 2019
Por Scarlett Lindero
Por unos tacos. Dos policías municipales de Amealco, Querétaro, perdieron sus armas, que habían dejado en la patrulla mientras se detuvieron a cenar en un puesto de la calle. Las autoridades del estado después dijeron que se trató de un asalto.
Esto, por raro que parezca, es más común de lo que creemos. En los últimos 18 años, más de 22 mil armas de fuego de las distintas policías locales y federales han “desaparecido”, es decir, un promedio de 3.3 armas son “perdidas” o “robadas” cada día, de acuerdo con información proporcionada vía transparencia por la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), la única dependencia autorizada para comercializar –legalmente– las armas de fuego en el país.
A pesar de que cada arma tiene un número de serie grabado y una huella balística (que es como su huella digital) cuando una se pierde, en general no se vuelve a saber de ella. No hay un seguimiento para dar con el arma que en la mayoría de casos se inserta en el tráfico ilegal y puede llegar a manos de cualquier ciudadano o, peor aún, a las del crimen organizado, de acuerdo con Daira Arana Aguilar, consultora y experta en seguridad pública.
Cuando un elemento de seguridad pierde o le roban su arma, debe reportarlo a la Sedena, de acuerdo con el artículo 14 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, y es que cada institución de seguridad –desde la Fiscalía General de la República y hasta las policías municipales– cuentan con una licencia (colectiva o particular) de portación de armas de fuego.
Perder un arma puede costar hasta la cárcel
Las sanciones por perder un arma son distintas para cada institución de seguridad. En general, los elementos de las Secretarías de Seguridad Pública de los estados que reporten un arma extraviada o robada tienen que pagar su costo y una multa que determine la propia institución, ya que se considera una falta administrativa; lo mismo para los elementos de la Fiscalía General de la República. Pero en el caso del Ejército, los militares que pierdan o extravíen un arma son castigados con tres meses de prisión militar, pues estos actos están considerados como delitos en el Código de Justicia Militar.
Aunque la Sedena reporta las bajas de las armas de las distintas fuerzas de seguridad del país, mantiene como reservada la información sobre el número de armas que pierden los militares.
¿Quiénes pierden más las armas?
Carlos (quien ha pedido cambiar su nombre real para proteger su identidad), policía del estado de Hidalgo, recoge su arma antes de las ocho de la mañana en un depósito de armamento, a donde debe regresarla al terminar su turno.
En caso de extraviar su arma, los policías deben reportarla a la Sedena y, mientras se realizan las investigaciones, debe continuar con su trabajo desarmado.
Las 32 secretarías de Seguridad Pública de los estados, así como sus distintas procuradurías de Justicia y la Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía General de la República), concentran el 84% por ciento de las armas en extravío o robadas en todo el país, según reporta la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) vía transparencia.
Pero las armas de fuego perdidas por las autoridades de seguridad podrían ser muchas más, pues no todos los elementos de seguridad de las distintas instituciones registran la baja de las armas, de acuerdo con Montserrat Martínez, coordinadora del área de investigación de la organización 24-0 México, especializada en control de armas de fuego y desarme.
De las secretarías de Seguridad Pública locales, la de la Ciudad de México es la que reporta mayor número de armas extraviadas (9,049). Le siguen Guerrero (4, 374), Chihuahua (2,734) y Jalisco (1,242).
¿Robo o extravío?
En las instituciones de seguridad no existe una clara diferencia entre lo que es robo o extravío, sólo hay un registro. Deberían haber protocolos generales de actuación para todas las fuerzas de seguridad porque son actos completamente distintos, dice Arana.
Cuestione solicitó una entrevista a la Sedena para conocer el procedimiento de registro de un arma robada o extraviada, y para saber el número de armas extraviadas por los militares, sin que hasta el momento de esta publicación haya respondido.
Por ello –considera la experta–, uno de los mayores riesgos para la ciudadanía es que estas armas lleguen a las redes del tráfico ilegal de armas, y muchas veces lleguen esas mismas armas a un ilícito, como lo son los homicidios con arma de fuego.
Tan sólo en los últimos tres años (2015-2018), los homicidios con arma de fuego aumentaron 112%, al pasar de nueve mil 507, en 2015, a 20 mil 134, en 2018, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública.
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Las armas más perdidas
Aunque la Sedena no especifica el modelo ni calibre de las armas que pierden las policías, ocho de cada 10 son armas cortas. La mayoría, calibre 9 milímetros, las más utilizadas por los elementos de seguridad.
Las más de 22 mil armas perdidas se dividen así: 38.3% en la administración de Vicente Fox, 37.8% en la de Felipe Calderón, y 23.9% en la de Enrique Peña Nieto.
Si bien la cifra disminuyó con Peña Nieto –explica Daira Aguilar– esto no significa que haya bajado el número de armas robadas o perdidas, sino que pudo haber disminuido el reporte de éstas.
El reto para la 4T
El presidente Andrés Manuel López Obrador estima que para este año la Guardia Nacional estará conformada por 80 mil elementos. ¿Qué pasará si pierden o les roban sus armas? La Ley General de la Guardia Nacional, dice que “el personal de la Guardia Nacional que extravíe o sufra el robo de las armas que tiene a su cuidado y responsabilidad, será sujeto de medidas de control disciplinario y sanciones económicas que correspondan”. Sin embargo, no detalla qué tipo de sanción o protocolo debe de seguir cuando sucede.